jueves, 28 de agosto de 2008

Morir no duele tanto


Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:

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la costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:

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los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,

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brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.

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Emily Dickinson