miércoles, 23 de febrero de 2011

Canción para la guitarra


Y canto para adentro
porque no tengo afueras…
Me aprieto la guitarra
y siento la madera.
Se me llenan de música
las oscuras cavernas…
Yo soy yo, limitado
por carne sorda y venas.

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Si alguna vez levanto
los ojos de las cuerdas,
me siento fugitivo
de lo que vale y cuenta.

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Y no me reconozco,
y me doy tanta pena
que enmudezco y me duele
la raíz de la lengua.

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Por eso cuento y canto
para adentro las penas:
porque me sueno a hombre
y me duelo de veras…

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Y puedo decir: hambres,
en plural; Vida Perra;
o simplemente Amor;
y escupir a la Tierra…

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Canciones que me arranco
de las furiosas piedras
del montón de la sangre
que llevo siempre a cuestas.

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Palabras con sentido,
efectivas vivencias.
No, Sol, Luna, Nenúfar
o Arcángel sin Fronteras.

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Me escucho y no me importa
que los demás entiendan;
me basta con sentirme
el alma en la madera.

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Que canto para adentro,
porque no tengo afueras.

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Victoriano Crémer

Reseña biográfica

Poeta español nacido en Burgos en 1906.
Residió buena parte de su vida en León donde trabajó como tipógrafo y periodista. Siendo un autodidacta sobresalió meritoriamente como poeta y crítico, colaborando en la fundación de la revista Espadaña y en varios programas radiales.
Obtuvo el Premio Boscán en 1951 y el Nacional de Poesía en 1963.
Entre sus obras se destacan: «Tacto sonoro» 1944, «Las horas perdidas» 1949, «Furia y paloma» 1956 y «El fulgor y la memoria» en 1996.