domingo, 15 de abril de 2012

Julio



¡Frío, frío, frío!
Pieles, nostalgias y dolores mudos.

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Flota sobre el esplín de la campaña
una jaqueca sudorosa y fría,
y las ramas celebran en la umbría
una función de ventriloquia extraña.

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La Neurastenia gris de la montaña
piensa, por singular telepatía,
con la adusta y claustral monomanía
del convento senil de la Bretaña.

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Resolviendo una suma de ilusiones,
como un Jordán de cándidos vellones,
la majada eucarística se integra;

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y a lo lejos el cuervo pensativo
sueña acaso en un Cosmos abstractivo
como una luna pavorosa y negra.

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Julio Herrera y Reissig



   Reseña biográfica

Poeta uruguayo nacido en 1875.
Proveniente de una familia ilustre venida a menos, padeció desde niño una afección cardíaca que lo llevó a una inadaptación a su entorno, circunstancias que explican en parte su temperamento neurótico.
Su poesía evolucionó del simple romanticismo al simbolismo y la escuela parnasiana, convirtiéndolo en uno de los seguidores del modernismo en Sur América junto a Leopoldo Lugones, Díaz Mirón y Jaimes Freyre, entre otros.
Dueño de un rico lenguaje, en ocasiones barroco, empleó con frecuencia los temas oníricos, surrealistas y  mágicos. Su madurez poética se conoció en buena parte después de su muerte ocurrida tempranamente en 1910.
 De su obra merecen destacarse: «Wagnerianas» en 1900, «Las pascuas del tiempo» en 1900, «Los maitines de la noche» en 1902, «Sonetos vascos» en 1906, «Los parques abandonados en 1908, «Clepsidras» en 1910 y «Los éxtasis de la montaña» publicados en 1913.