martes, 29 de abril de 2008

Ojos claros, serenos...


Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

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Gutierre de Cetina