domingo, 19 de julio de 2009

Canción de la verdad sencilla


No es él el que me lleva . . .
Es mi vida que en su vida palpita.
Es la llamada tibia de mi alma
que se ha ido a cantar entre sus rimas.
Es la inquietud de viaje de mi espíritu
que ha encontrado en su rumbo eterna vía.

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Él y yo somos uno.
Uno mismo y por siempre entre las cimas;
manantial abrazando lluvia y tierra;
fundidos en soplo y la brisa;
blanca mano enlazando piedra y oro;
hará cósmica uniendo noche y día.

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Él y yo somos uno.
Uno mismo y por siempre en las heridas.
Uno mismo y por siempre en la conciencia.
Uno mismo y por siempre en la alegría.

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Yo saldré de su pecho a ciertas horas,
cuando él duerma el dolor en sus pupilas,
en cada eco bebiéndome lo eterno,
y en cada alba cargándome una sonrisa.

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Y seré claridad para sus manos
cuando se vuelquen a trepar los días,
en la lucha sagrada del instinto
por salvarse de ráfagas suicidas.

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Si extraviado de senda, por los locos
enjaulados del mundo, fuese un día,
una luz disparada por mi espíritu
le anunciará el retorno hasta mi vida.

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No es él el que me lleva. . .
Es su vida que corre por la mía.

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Julia de Burgos



Reseña biográfica

Julia Constancia Burgos García, nació en Carolina, Puerto Rico, en 1914.
Se inició en la poesía desde muy temprana edad mientras ejercía como maestra y luego como periodista. En sus primeras publicaciones se refleja la influencia de otros poetas como Alfonsina Storni, Clara Lair y Luis Lloréns Torres. A esta etapa pertenece su obra «Veinte surcos».
Posteriormente vuelca toda su sensibilidad artística en un canto sensual al amor y a la naturaleza, mostrando ciertos rasgos semejantes a Vicente Huidobro y Rafael Alberti. De esta etapa se destacan «Canción de la verdad sencilla» y «El mar y tú».
Está considerada como una de las grandes poetas de su patria.Vivió sus últimos años auto-desterrada en Cuba y Nueva York, donde falleció en 1953.