martes, 19 de junio de 2012

Segadores, afuera, afuera...



Segadores, afuera, afuera,
dejen llegar a la espigaderuela.

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Quién espiga se tornara
y costara lo que costara
porque en sus manos gozara
los rosas que hacen su cara
por agosto primavera.

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Segadores, afuera, afuera,
dejen llegar a la espigaderuela.

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Si en las manos que bendigo
fuera yo espiga de trigo,
que me hiciera harina digo
y luego torta o bodijo
porque después me comiera.

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Segadores, afuera, afuera,
dejen llegar a la espigaderuela.

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Si yo me viera en sus manos
perlas volviera los granos,
porque en anillos galanos
en sus dedos soberanos
eternamente anduviera.

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Segadores, afuera, afuera,
dejen llegar a la espigaderuela.

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Tirso de Molina



Reseña biográfica

Poeta español nacido en Madrid, nombre real era Gabriel Téllez. Según algunos, fue hijo (ilegítimo) del duque de Osuna. De joven ingresó en la Orden de la Merced y pronto fue trasladado a América. Pero duró muy poco tiempo ahí, puesto que, después de dos años, lo vemos en Toledo, en donde vivió la mayor parte de su vida.
Al nombrar a Tirso de Molina de inmediato nos viene a la mente lo del drama del Siglo de Oro español. Para ello no tenemos más que mencionar dos de sus dramas muy reconocidos en el mundo de las letras: El Burlador de Sevilla y El condenado por desconfiado.
Su poesía casi siempre aparece formando parte de sus obras de teatro. Practicó y escribió en todas, o casi todas, las formas poéticas de su tiempo, tanto populares, o de "arte menor", como las más complejas, representativas del "arte mayor". Tiene varios "Certámenes" poéticos, mayormente de contenido religioso, pero llenos de humor y fina ironía.