sábado, 22 de diciembre de 2012

Idolatría



La vida mágica se vive entera
en la mano viril que gesticula
al evocar el seno o la cadera,
como la mano de la Trinidad
teológicamente se atribula
si el mundo parvo, que en tres dedos toma,
se le escapa cual un globo de goma.

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Idolatremos todo padecer,
gozando en la mirífica mujer.

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Idolatría
de la expansiva y rútila garganta,
esponjado liceo
en que una curva eterna se suplanta
y en que se instruye el ruiseñor de Alfeo.

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Idolatría
de los dos pies lunares y solares
que lunáticos fingen el creciente
en la mezquita azul de los Omares,
y cuando van de oro son un baño
para la tierra, y son preclaramente
los dos solsticios de un único año.

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Idolatría
de la grácil rodilla que soporta,
a través de los siglos de los siglos,
nuestra cabeza en la jornada corta.

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Idolatría
de las arcas, que son y fueron
y serán horcas caudinas
bajo las cuales rinde el corazón
su diadema de idólatras espinas.

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Idolatría
de los bustos eróticos y místicos
y los netos perfiles cabalísticos.

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Idolatría
de la bizarra y música cintura,
guirnalda que en abril se transfigura,
que sirve de medida
a los más filarmónicos afanes,
y que asedian los raucos gavilanes
de nuestra juventud embravecida.

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Idolatría
del peso femenino, cesta ufana
que levantamos entre los rosales
por encima de la primera cana,
en la columna de nuestros felices
brazos sacramentales.

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Que siempre nuestra noche y nuestro día
clamen: ¡Idolatría! ¡Idolatría!

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Ramón López Velarde



Reseña biográfica

Escritor mexicano nacido en Jerez, Zacatecas. Su obra poética rompe con el modernismo y anuncia las vanguardias de comienzos del s. XX. Publicó en vida dos únicos poemarios: La sangre devota (1916) y Zozobra (1919). Tras su muerte, han aparecido, entre otros títulos, El son del corazón (1932), El león y la virgen (1945), los ensayos de El don de febrero (1952) y Prosas políticas (1953).
Falleció en México, en 1921.