jueves, 13 de diciembre de 2012

Rosa de Belial



Soy aquel amante
que nunca se muestra,
muda en cada instante
mi sombra siniestra.

__

Con el viento llego,
y paso con él.
Soy rojo lostrego
del ángel Luzbel.

__

Mi sombra nocturna
hace en ti guarida,
mi larva soturna
te goza dormida.

__

A tu lindo ceño
llevo la obsesión,
en tu blanco sueño
soy la Tentación.

__

Soy aquel amante
que la voz no nombra,
mi sombra va errante
en pos de tu sombra.

__

¡Turbulenta avispa
que vuela en tu flor,
soy la roja chispa
del yunque de Thor!

__

De tu clara frente
me oculto en el muro,
como la serpiente
del enigma obscuro.

__

Soy en tu conciencia
la interrogación
a la triste ciencia
del Rey Salomón.

__

Sobre tu blancura,
paloma benigna,
de mi mordedura
dejaré el estigma.

__

El pecado enrama
mi testa. El laurel
del mundo es mi llama,
soy luz de Luzbel.

__

Mi frente sañuda
sostiene el abismo,
el tiempo me muda,
y soy siempre el mismo.

__

Cabalgo en el viento,
con el viento voy,
y a tu pensamiento
mi forma le doy.

__

Profano lascivo
tu virgen entraña,
soy el negro chivo
y tu mi montaña.

__

Apaga mi aliento
tu roca de luz,
está tu cimiento
sobre mi testuz.

__

Soy el negro dueño
de la abracadabra,
y trisca en tu sueño
mi pata de cabra.

__

Como el enemigo,
en tu sueño estoy,
te gozas conmigo...
¡Soy el que no Soy!

____

Ramón María del Valle Inclán



Reseña biográfica            

Escritor español, nacido en Villanueva de Arosa (Pontevedra). Pasó su infancia y adolescencia en su comarca natal y cursó la carrera de abogado en la Universidad de Compostela. A los veinte años se trasladó a México, de donde regresó poco después. En 1895 inició en Madrid sus tareas literarias con cuentos y artículos, publicados en la prensa, que permitían vislumbrar al futuro maestro. Recorrió gran parte de América del Sur y de 1914-18 vivió en Francia.
Representa, frente a la línea de la Generación del 98 propiamente dicha -Unamuno, Azorín, Antonio Machado...- una tendencia más esteticista y complacida en efectos de lenguaje y forma -es decir, lo que se ha llamado en literatura "modernismo"-. No se trata, sin embargo, de un vacío estilismo; en el trabajo de taracea de Valle Inclán, e incluso en su curiosa y extravagante personalidad, rodeada por él mismo de fabulosos embustes, había un designio moral en la búsqueda de refinada perfección, siquiera en el arte.
Murió en Santiago de Compostela en 1936.