domingo, 29 de marzo de 2009

¡Oh, tardes adorables!


¡Oh, tardes adorables de aquel lejano estío!
¡Oh, siesta de mis sueños sobre su pecho en flor!
Venid rasgando brumas y sombras de mi olvido
a orar cabe el sepulcro de aquel perdido amor...

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Orad en el divino lenguaje del silencio
por todos los ensueños de aquella casta edad,
doliente margarita que aquellos blancos dedos
acaso no recuerdan que deshojaron, ya...

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¡Oh, tardes adorables de aquel lejano estío!
Volar de blancos besos en alas del idilio,
arrullos de las almas bajo el sereno azul...

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Quiméricas visiones de mi universo efímero,
¡traed a los oscuros rincones de mi olvido
blancas reminiscencias de aromas y de luz!

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Federico Bermúdez y Ortega



Reseña biográfica

Nació en San Pedro de Macorís, República Dominicana. Siendo aún muy joven, comenzó a escribir versos. Más tarde colaboró en las revistas literarias más importantes de su tiempo, como "La Cuna de América", "Renacimiento" y "Letras". Llegó a dirigir en su ciudad natal la revista "Mireya".
Quizás la colección más conocida, aunque no necesariamente más la importante, de su creación literaria, sea "Los Humildes" (1916), dada su inclinación a favorecer siempre a los pobres y los más destituidos en la sociedad en que le tocó vivir. Alcanzó el encomio de la crítica. Publicó también: "Oro Virgen", (1910); "Las Liras del Silencio", (1923) y otras. En "Oro Virgen" y en "Líricas del Silencio", nos encontramos frente a un Bermúdez de tono, forma y contenido esencialmente modernista.
Murió en la misma ciudad que lo vio nacer, San Pedro de Macorís (1884 – 1921)