lunes, 11 de mayo de 2009

El alma en los labios (A mi amada)


Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.

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Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.

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Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.

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Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.

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Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!

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Medardo Ángel Silva



Reseña biográfica

Poeta ecuatoriano nacido en Guayaquil en 1899.
Recibió una cuidadosa educación en el colegio Vicente Rocafuerte de su ciudad natal.
Muy joven quedó huérfano de padre, situación que lo llevó a trabajar en diversos oficios para mantener su familia.
Fue uno de los precursores de la poesía modernista de su país.
En 1915 fue columnista del diario "El telégrafo", bajo los seudónimos Jean D'Agreve" y "Oscar René". En ese mismo año fundó la revista Letras y Renacimiento donde recogió el pensamiento de poetas como Verlaine, Baudelaire y Rubén Darío, cuya influencia fue notoria en su corta carrera literaria.
Su espíritu melancólico y depresivo lo llevó a quitarse la vida en 1919.
Gran parte de su obra permanece aún inédita debido a que su única publicación, "El árbol del bien y del mal" en 1918, sólo contiene parte de su producción.