Ha mucho tiempo que te soñaba
así, vestida de blanco tul,
y al alma mía que te buscaba,
Ana, ¿qué miras? le preguntaba
como en el cuento de Barba azul.
__
Ha mucho tiempo que presentía
tus ojos negros como los vi,
y que, en mis horas de nostalgia,
la hermana Ana me respondía:
"Hay una virgen que viene a ti".
__
Y al vislumbrarte, febril, despierto,
tras de la ojiva del torreón,
después de haberse movido incierto,
como campana que toca a "muerto",
tocaba a "gloria" mi corazón.
__
Por fin, distinta me apareciste;
vibraron dianas en rededor,
huyó callada la Musa triste
y tú llegaste, viste y venciste
como el magnífico Emperador.
__
Hoy, mi esperanza que hacia ti corre,
que mira el cielo donde tú estés,
porque la gloria se le descorre,
ya no pregunta desde la torre:
Hermana Ana, ¿dime qué ves?
__
Hoy en mi noche tu luz impera,
veo tu rostro resplandecer,
y en mis ensueños sólo quisiera
enarbolarte como bandera
¡y a ti abrazado por ti vencer!
____
Amado Nervo
así, vestida de blanco tul,
y al alma mía que te buscaba,
Ana, ¿qué miras? le preguntaba
como en el cuento de Barba azul.
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Ha mucho tiempo que presentía
tus ojos negros como los vi,
y que, en mis horas de nostalgia,
la hermana Ana me respondía:
"Hay una virgen que viene a ti".
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Y al vislumbrarte, febril, despierto,
tras de la ojiva del torreón,
después de haberse movido incierto,
como campana que toca a "muerto",
tocaba a "gloria" mi corazón.
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Por fin, distinta me apareciste;
vibraron dianas en rededor,
huyó callada la Musa triste
y tú llegaste, viste y venciste
como el magnífico Emperador.
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Hoy, mi esperanza que hacia ti corre,
que mira el cielo donde tú estés,
porque la gloria se le descorre,
ya no pregunta desde la torre:
Hermana Ana, ¿dime qué ves?
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Hoy en mi noche tu luz impera,
veo tu rostro resplandecer,
y en mis ensueños sólo quisiera
enarbolarte como bandera
¡y a ti abrazado por ti vencer!
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Amado Nervo