A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia,
hacia abajo, presa segura
de la tumba vaga del suelo.
A esa, a la que yo quiero,
es a la que se entrega venciendo,
venciéndose,
desde su libertad saltando
por el ímpetu de la gana,
de la gana de amor, surtida,
surtidor, o garza volante,
o disparada -la saeta-,
sobre su pena victoriosa,
hacia arriba, ganando el cielo.
____
Pedro Salinas
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia,
hacia abajo, presa segura
de la tumba vaga del suelo.
A esa, a la que yo quiero,
es a la que se entrega venciendo,
venciéndose,
desde su libertad saltando
por el ímpetu de la gana,
de la gana de amor, surtida,
surtidor, o garza volante,
o disparada -la saeta-,
sobre su pena victoriosa,
hacia arriba, ganando el cielo.
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Pedro Salinas
Reseña biográfica
Poeta español nacido en Madrid en 1891 y fallecido en Boston en 1951.
Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Fue profesor en las universidades de La Sorbona y Cambridge y conferencista en varias Universidades de América donde vivió desde 1936.
Está considerado como uno de los grandes exponentes de la Generación del 27.De su obra poética se destacan, «Presagios», «Razón de amor» y «Largo lamento».
Poeta español nacido en Madrid en 1891 y fallecido en Boston en 1951.
Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Fue profesor en las universidades de La Sorbona y Cambridge y conferencista en varias Universidades de América donde vivió desde 1936.
Está considerado como uno de los grandes exponentes de la Generación del 27.De su obra poética se destacan, «Presagios», «Razón de amor» y «Largo lamento».