miércoles, 20 de abril de 2011

Aplastamiento de las gotas



Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo,
afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones
cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas
uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto
del marco de la ventana,
se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos
apagados, va creciendo y se tambalea,
ya va a caer y no se cae, todavía no se cae.
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve
que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es
una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf,
deshecha, nada,
una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida,
brotan en el marco y ahí mismo se tiran,
me parece ver la vibración del salto, sus piernitas
desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del
caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

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Julio Cortázar



Reseña biográfica

Hijo de padres argentinos, nació en Bruselas en 1914 y residió en Buenos Aires desde los cuatro años.
Trabajó como maestro en varios pueblos argentinos y posteriormente se graduó en Letras.
Bajo el seudónimo de Julio Denis publicó su primer libro de poemas, «Presencia», en 1938. Gracias a una beca del gobierno francés, se instaló en París en 1951 donde además se dedicó a las traducciones para mejorar su situación económica. Posteriormente se vinculó a la Unesco trabajando allí hasta su jubilación. 
Además de numerosas novelas y escritos, sobresale su poema dramático «Los Reyes» en 1949.
Murió en París en 1984.