martes, 23 de septiembre de 2008

Lengua castellana


La lengua que arropara de vocablos mi cuna
es la lengua brotada del solar de Castilla.
Del Romancero a Lope, sin dejadez ninguna,
ofrécese en romance, soneto y redondilla.

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Ni un átomo en mi forma corporal es reacio
al toque rutilante, musical y perfecto
de la lengua que en libro, cuartilla o cartapacio
le da, por su pureza, vigores al concepto.

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Levántase la lengua de clásicos sabores
en los pergeñadores ciertos de la belleza.
Los doctores del canto, los puristas mayores,
me la sirven en cláusulas de altitud y justeza.

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La lengua -voz de siglos- a mi verbo se enlaza.
No habrán de destruirla, porque es la mejor parte
-lo substancial, lo eterno- del todo de mi raza.
Y mi raza es, en todo, fe, dolor, amor, arte.

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Evaristo Ribera Chevremont