¿Ves aquel sauce, bien mío,
que, en doliente languidez,
se inclina al cauce sombrío,
enamorado tal vez
de las espumas del río?
55
¿Oyes el roce constante
de su ramaje sediento,
y aquel suspiro incesante
que de su copa oscilante
arranca tímido el viento?
55
Mañana, cuando sus rojas
auroras pierda el estío,
lo verás, húmedo y frío,
ir arrojando sus hojas
sobre la espuma del río;
55
¡Y que ella, en rizos livianos
llevando la hoja caída,
las selvas cruza y los llanos...
para dejarla sin vida
en los recodos lejanos!
55
¡Ah! ¡cuán ingrata serías,
y cuán hondo mi dolor,
si estas hojas, que son mías,
abandonara, ya frías,
como la espuma, tu amor!
6666
Rafael Obligado
que, en doliente languidez,
se inclina al cauce sombrío,
enamorado tal vez
de las espumas del río?
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¿Oyes el roce constante
de su ramaje sediento,
y aquel suspiro incesante
que de su copa oscilante
arranca tímido el viento?
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Mañana, cuando sus rojas
auroras pierda el estío,
lo verás, húmedo y frío,
ir arrojando sus hojas
sobre la espuma del río;
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¡Y que ella, en rizos livianos
llevando la hoja caída,
las selvas cruza y los llanos...
para dejarla sin vida
en los recodos lejanos!
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¡Ah! ¡cuán ingrata serías,
y cuán hondo mi dolor,
si estas hojas, que son mías,
abandonara, ya frías,
como la espuma, tu amor!
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Rafael Obligado