Tus
otoños me arrullan
en
coro de quimeras obstinadas;
vas
en mí cual la venda va en la herida;
en
bienestar de placidez me embriagas;
la
luna lugareña va en tus ojos
¡oh
blanda que eres entre todas blanda!
Y no
sé todavía
qué
esperarán de ti mis esperanzas.
__
Si
vas dentro de mí, como una inerme
doncella
por la zona devastada
en
que ruge el pecado, y si las fieras
atónitas
se echan cuando pasas;
si
has sido menos que una melodía
suspirante,
que flota sobre el ánima,
y más
que una pía salutación;
si de
tu pecho asciende una fragancia
de
limón, cabalmente refrescante
e
inicialmente ácida;
si mi
voto es que vivas dentro de una
virginidad
perenne aromática,
vuélvese
un hondo enigma
lo
que de ti persigue mi esperanza.
__
¿Qué
me está reservado
de tu
persona etérea? ¿Qué es la arcana
promesa
de tu ser? Quizá el suspiro
de tu
propio existir; quizá la vaga
anunciación
penosa de tu rostro;
la
cadencia balsámica
que
eres tú misma, incienso y voz de armonio
en la
tarde llovida y encalmada...
__
De
toda ti me viene
la
melodiosa dádiva
que
me brindó la escuela
parroquial,
en una hora ya lejana,
en
que unas voces núbiles
y
lentas ensayaban,
en un
solfeo cristalino y simple,
una
lección de Eslava.
__
Y de
ti y de la escuela
pido
el cristal, pido las notas llanas
para
invocarte, oscura
y
rabiosa esperanza,
con
una a colmada de presentes,
con
una a impregnada
del
licor de un banquete espiritual:
cara
mansa, ala diáfana, alma blanda,
fragancia
casta y ácida!
____
Ramón López Velarde
Reseña biográfica
Escritor mexicano nacido en Jerez, Zacatecas. Su obra poética
rompe con el modernismo y anuncia las vanguardias de comienzos del s. XX.
Publicó en vida dos únicos poemarios: La sangre devota (1916) y Zozobra (1919).
Tras su muerte, han aparecido, entre otros títulos, El son del corazón (1932),
El león y la virgen (1945), los ensayos de El don de febrero (1952) y Prosas
políticas (1953).
Falleció en México, en 1921.