domingo, 11 de septiembre de 2011

Soneto LXI



Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme;

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dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba
que alguna vez llegaba a despertarme:

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¡oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado
que asentaras en mí con más reposo!

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Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.

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Juan Boscán



Reseña biográfica

Poeta español, nacido en Barcelona en 1487 el seno de una familia catalana de letrados y mercaderes, sirvió en las cortes de Fernando el Católico y Carlos I desde 1514, y fue preceptor del duque de Alba. En 1539 abandonó la corte y se estableció en Barcelona, y ese mismo año contrajo matrimonio con Ana Girón de Rebolledo; su casa se convirtió en un centro de tertulia literaria.
A Juan Boscán se le debe la introducción en la lírica castellana de la métrica y la versificación italianas. La idea se la sugirió el embajador veneciano Andrés Navaggiero, durante una conversación en Granada, y contó enseguida con la aprobación de Garcilaso de la Vega, amigo de Boscán.
Las composiciones de ambos, que aparecieron conjuntamente en 1543, en tres volúmenes, muestran la evolución de la versificación castellana del primer libro de poemas a la ya definitiva adopción de la métrica italiana en las poesías del segundo libro, precedido por la carta a la duquesa de Somma, en la que expone y justifica su elección y que constituye un auténtico tratado de poética renacentista.
Murió en su tierra natal en 1542.