Deja
la charla, Consuelo,
que
una moza casadera
no
debe estar en la era
si no
está el Sol en el cielo.
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Tu
hogar tendrás apagado,
y al
mozo que habla contigo
le
está devorando el trigo
la
yunta que ha abandonado.
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Mira
que está oscureciendo,
que
en las riberas lejanas
ya
están cantando las ranas,
ya
están las aves durmiendo.
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Que
tocan a la oración,
y hay
gentes murmuradoras
cuyos
ojos a estas horas
cristales
de aumento son.
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Y es
que los oscureceres
son
unas horas menguadas
que
han hecho ya desgraciadas
a
muchas pobres mujeres.
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Mira,
muchacha, que ha sido
la
tarde muy bochornosa
y va
a ser fresca y hermosa
la
noche que ha producido.
__
Mira
que son muy contadas
las
fuerzas de la memoria;
mira
que huelen a gloria
las
mieses amontonadas.
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Y
está tu galán delante,
y
está tu hermanillo ausente,
y
está el amor en creciente
y
está la Luna en menguante.
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Y a
luz tan débil yo creo
que
sola a salir no atinas
del
laberinto de hacinas
donde
metida te veo.
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Tal
vez si el mozo me oyera
pensara
que esto es perfidia,
creyera
que tengo envidia,
que
tengo celos dijera.
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Pues
con la venda de amor
no
viera que soy un viejo
que
sólo con un consejo
puedo
acercarme a tu honor.
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Vete,
muchacha, y no quieras
llorar
prematuros gozos,
que
sé lo que son los mozos
y sé
lo que son las eras.
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Y en
tales oscureceres
pláticas
tales de amores
dicen
los murmuradores
que
son de tales mujeres…
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Y
tienen razón, Consuelo,
que
una moza casadera
no
debe estar en la era
si no
está el Sol en el cielo.
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José
María Gabriel y Galán
Reseña biográfica
Poeta español
nacido en Frades de la Sierra ,
Salamanca, en 1870. Hijo de labradores, fue a su vez labrador tras de haber
ejercido la profesión de maestro, que abandonó al contraer matrimonio. Su
consagración como poeta arranca de 1901, cuando en los Juegos Florales
celebrados en Salamanca fue galardonado con la flor natural por su composición
El ama.
Grandes escritores
de aquel tiempo, como Emilia Pardo Bazán, Pereda, Unamuno y Maragall, en pleno
auge del costumbrismo literario regionalista, contribuyeron a su rápido
encumbramiento. Posteriormente, la crítica le ha regateado méritos, aunque
sigue siendo uno de los poetas españoles más leídos. Cantó las tierras y las
gentes de Salamanca y Extremadura, en una poesía realista, a veces monótona,
pero que dio clara y musical expresión a sentimientos muy arraigados en la
conciencia colectiva de su país. En ello reside uno de sus principales méritos,
pues, como dice Gerald Brenan, es "uno de los pocos escritores de esta
nación de campesinos que siente verdaderamente la vida del campo".
Cabe advertir en su
poesía influjos de la escuela poética salmantina, de Espronceda, Zorrilla, José
Asunción Silva y Vicente Medina. Los "Aires murcianos" de este último
fueron los que, según Unamuno, le sugirieron a Gabriel y Galán sus
composiciones en dialecto extremeño, entre las más famosas de las cuales
figuran "El embargo" y "El Cristu benditu".
Murió en Guijo de
Granadilla, Cáceres, en 1905.