jueves, 21 de marzo de 2013

El gallo y el zorro



Un gallo muy maduro,
de edad provecta, duros espolones,
pacífico y seguro,
sobre un árbol oía las razones
de un zorro muy cortés y muy atento,
más elocuente cuanto más hambriento.

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«Hermano», le decía,
«ya cesó entre nosotros una guerra
que cruel repartía
sangre y plumas al viento y a la tierra.
Baja; daré, para perpetuo sello,
mis amorosos brazos a tu cuello».

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«Amigo de mi alma»,
responde el gallo, «¡qué placer inmenso
en deliciosa calma
deja esta vez mi espíritu suspenso!
Allá bajo, allá voy tierno y ansioso
a gozar en tu seno mi reposo».

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«Pero aguarda un instante,
porque vienen, ligeros como el viento,
y ya están adelante,
dos correos que llegan al momento,
de esta noticia portadores fieles,
y son, según la traza, dos lebreles».
Dijo el zorro, «que estoy muy ocupado;
luego hablaré contigo
para finalizar este tratado».

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El gallo se quedó lleno de gloria,
cantando en esta letra su victoria:
Siempre trabaja en su daño
el astuto engañador;
a un engaño hay otro engaño,
a un pícaro otro mayor.

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Nicolás Fernández de Moratín



Reseña biográfica

Escritor español nacido en Madrid, en 1737. Es autor de comedias (La petimetra, 1762), tragedias (Lucrecia, 1763; Hormesinda, 1770; Guzmán el Bueno, 1777), poesías anacreónticas, odas y romances, así como de las famosas quintillas Fiesta de toros en Madrid y de Desengaños del teatro español (1764), integrados por tres discursos en los cuales criticó acerbamente los autos sacramentales. También escribió El arte de las putas, extenso poema que prohibió la Inquisición en 1777.
Murió en Madrid, en 1780.