Fresca,
lozana, pura y olorosa,
gala
y adorno del pénsil florido,
gallarda
puesta sobre el ramo erguido,
fragancia
esparce la naciente rosa.
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Mas
si el ardiente sol lumbre enojosa
vibra,
del can en llamas encendido,
el
dulce aroma y el color perdido,
sus
hojas lleva el aura presurosa.
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Así
brilló un momento mi ventura
en
alas del amor, y hermosa nube
fingí
tal vez de gloria y de alegría.
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Mas,
ay, que el bien trocóse en amargura,
y
deshojada por los aires sube
la
dulce flor de la esperanza mía.
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José
de Espronceda
Reseña biográfica
Poeta español
nacido en Almendralejo, en 1808. Hijo de una familia hidalga de fuerte
raigambre militar, estudió con Alberto Lista, de quien se convirtió en
aventajado discípulo. Desde muy joven se sintió atraído por la literatura y por
la actividad política, aficiones ambas que definirían su carrera futura. En
1823, y a raíz de la ejecución del general Riego, fundó, junto a Patricio de la Escosura , una sociedad
secreta en pro de la libertad cuyos jóvenes miembros se hacían llamar los
Numantinos. La represión política que siguió al trienio liberal motivó su
encierro en un convento de Guadalajara, donde emprendió la redacción de Don
Pelayo, poema épico de corte neoclásico que dejó inacabado.
A su muerte,
acontecida súbitamente en Madrid, 1842, era considerado el mejor poeta español
del momento, amén de un político de prometedora trayectoria. Ello motivó que su
entierro, en el que se dieron escenas de hondo dolor popular, fuera uno de los
actos más multitudinarios de la época.