viernes, 29 de octubre de 2010

Amor casi de un vuelo


Amor casi de un vuelo me ha encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado,

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que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto asiento,
suele desfallecer apresurado,

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mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y que en vos fío:

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porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra,
y vuestro bien hará durable el mío.

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Fray Luis de León

Reseña biográfica

Poeta español nacido en Granada, en 1527. Desde joven se consagró a la iglesia, y tomó el hábito de san Agustín, habiendo ingresado en el convento de Salamanca, en el cual profesó el 29 de enero de 1544.
En dicha ciudad siguió sus estudios con gran éxito y aplauso, habiendo sido graduado en teología en 1561, para al siguiente año ganar por oposición la cátedra entonces llamada de Durando, y algún tiempo después la de Sagradas Escrituras.
Fue considerado como uno de los más sabios hombres de su tiempo, y no sin razón, pues conocía a fondo las lenguas orientales, y sus estudios abarcaban todo el campo del saber humano de entonces.
Mas este saber estuvo a punto de perderle, pues sus enemigos le acusaron de haber traducido al castellano el Cantar de los Cantares, cuando los cánones de entonces prohibían las traducciones de los libros santos a la lengua vulgar; y fue procesado por la inquisición de Valladolid como sospechoso en materia de fe, encerrado cinco años en la cárcel de la dicha jurisdicción, al cabo de los cuales logró demostrar la falsedad de lo alegado por sus enemigos, y fue puesto en libertad.
Volvió a su cátedra, y el primer día que se sentó en ella, después de los cinco años de prisión, ocurrió una anécdota muy graciosa: Tenía el maestro fray Luis la costumbre de recapitular cada día lo explicado el anterior, e invariablemente comenzaba con la sacramental frase: Decíamos ayer... Pues el día en que volvió a su cátedra, después de los famosos cinco años de ausencia, también comenzó con el acostumbrado: Decíamos ayer...
Dentro de la orden de agustinos desempeñó importantes puestos, habiendo llegado hasta a ser nombrado provincial. Mas no desempeñó nunca dicho cargo, pues la muerte le sorprendió en Madrigal, a los sesenta y cuatro años de edad, en 1591.