sábado, 6 de noviembre de 2010

De un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado


Descaminado, enfermo, peregrino,
en tenebrosa noche, con pie incierto,
la confusión pisando del desierto,
voces en vano dio, pasos sin tino.

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Repetido latir, si no vecino,
distinto oyó de can siempre despierto,
y en pastoral albergue mal cubierto
piedad halló, si no halló camino.

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Salió el sol, y entre armiños escondida,
somnolienta beldad con dulce saña
salteó al no bien sano pasajero:

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pagará el hospedaje con la vida;
más le valiera error en la montaña
que morir de la suerte que yo muero.

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Luis de Góngora y Argote

Reseña biográfica

Poeta cumbre de la poesía castellana. Nació y murió en Córdoba. Durante su juventud fue alegre, libertino e, incluso, pendenciero. Para los veinte años ya debiera estar ordenado de sacerdote, pero, a causa de su vida licenciosa, no llegó a ser sacerdote hasta los cincuenta años. Fue capellán, en Madrid, de Felipe III.
En su poesía se distinguen claramente dos períodos: el tradicional, en que hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usa canciones, tercetos, décimas, romances, letrillas, etc. Este período va hasta el año 1610, en que cambia rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, empleando mucha mitología griega, utilizando para ello muchos neologismos, haciendo, a veces, muy difícil su lectura.
Murió de apoplejía a los 65 años, aunque años antes ya había perdido la memoria.