Por el jardín paseaba la Abadesa
Leyendo una oración de su breviario,
Sus ojos eran de un azul turquesa,
Su tez como el marfil de su rosario.
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Así cruzaba la divina obsesa,
Defendida de un mal imaginario,
Por aquel corazón que su pureza
Bordara en su bendito escapulario.
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Junto a la hoja sagrada que leía,
Tierna recordación, simbolizada
En una seca flor, la entristecía.
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Cesó su labio de moverse en rezo,
Su pena se vertió cristalizada,
Y en la cruz y en la flor puso su beso.
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Abel Alarcón
Reseña biográfica
Escritor boliviano nacido en La Paz , en 1881. Es autor de novelas históricas (En la corte de Yahuar Huácac, 1915), de poesías (Relicario, 1919) y de cuentos (Cuentos del viejo alto Perú, 1936).
Falleció en Buenos Aires, en 1954.
