domingo, 14 de abril de 2013

La voz apenas



Yo me he quedado con la voz
de esa mujer -la voz apenas-
como se quedan los marinos
oyendo el mar desde la tierra.

__

Y sin embargo yo algún día
pude ceñir la fácil hembra
y así ganar en dulce viaje
la costa azul de sus ojeras.

__

Y beber pude entre sus manos
el agua amarga de las penas,
por sólo hundir entre sus senos
mi ansia de onda y de sirena.

__

Yo amé mujeres como islas
entre amplios lechos de marea
donde las olas de los linos
alzaba el gozo de la entrega.

__

Y vi penínsulas de brazos;
playa al amor del beso abierta
para llevar el labio lento
hasta una rada de sorpresa.

__

Y hallé las cóncavas marismas,
-que son lo mismo alga y guedeja-
y hacia ellas iba la pasión
como hacia el norte va la vela.

__

Pero la voz de esa mujer
era la única sirena
para el oído turbulento
en las sensuales odiseas.

__

Y me he quedado con la voz
de esa mujer -la voz apenas-
como se quedan los marinos
oyendo el mar desde la arena.

__

Cuán tristes son los marineros
que ansiaron muerte en la tormenta,
y junto al mar, un cualquier día,
la muerte encuentran en la tierra.

____

Alberto Ángel Montoya



Reseña biográfica

Poeta colombiano, nacido en Bogotá en 1902.
Cultor de un tono romántico trabajado en sonetos magistrales.  Enamorado de la bohemia, del amor, y de la mujer en niveles de suma elegancia, el poeta mereció el calificativo de maestro del soneto galante.
Y eso fue, con toda justeza y exactitud. Su vida estuvo dedicada a la poesía de modo exclusivo. Sus diversos libros, entre los cuales se destacan "La vigilia del vino"  y "El alba inútil", fueron reunidos en un sólo volumen con el título de "Lección de poesía".
Falleció en 1970.