Ruiseñor
que volando vas,
cantando
finezas, cantando favores,
¡oh,
cuánta pena y envidia me das!
Pero
no, que si hoy cantas amores,
tú
tendrás celos y tú llorarás.
¡Qué
alegre y desvanecido
cantas,
dulce ruiseñor ,
las
aventuras de tu amor
olvidado
de tu olvido!
En
ti, de ti entretenido
al
ver cuán ufano estás,
¡oh,
cuánta envidia me das
publicando
tus favores!
Pero
no, que si hoy cantas amores,
tú
tendrás celos y tú lloraras.
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Pedro Calderón de la Barca
Reseña biográfica
Don Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid en 1601. Era su padre, don
Diego, descendiente de noble casa, y parece que su nombre de familia viene de
que uno de sus antepasados parecía haber nacido muerto, y le metieron en
seguida en un caldero de agua caliente, según costumbre de la época, para
verificar si era cierto que no vivía, en cuyo momento, al entrar en contacto
con el agua de elevada temperatura, prorrumpió en sus primeros gritos.
En 1625 se alistó bajo las banderas de duque de Alba, y estuvo
en Flandes e Italia, país el primero en que debió serle grata la estancia, pues
muchísimos son los personajes flamencos de sus dramas: o acaso porque la
nobleza de su madre, doña María Ana Henao, era de origen flamenco.
Pero sus campañas no debieron darle mucha gloria, pues no se le
cita en parte alguna.
En cambio, su vida de letras fue más brillante: su padre, que
era ministro de hacienda de los dos Felipes, II y III, le puso a los nueve años
en el colegio de los jesuitas, y luego pasó a Salamanca, donde brilló en el
estudio de las matemáticas y la filosofía.
A los 13 años estrenó su primera comedia, El Carro del Cielo,
fantasía que se desarrolla entre el cielo y la tierra, y a los diez y nueve
contaba ya tres o cuatro éxitos teatrales.
Su vida fue tranquila, y parece ser que contaba como suceso de
ella, de los que hacen época, una cuchillada recibida en un tumulto habido en
el estreno de sus obras; y en aquellos tiempos, una cuchillada no era tan grave
cosa. Murió en 1681.
Es el primer dramaturgo del teatro español, el que ha hecho
obras de más trascendencia y mayor alcance. Por otra parte, sus sonetos con
tendencia filosófica, pero muy poéticos, son harto famosos.