No, nada llega tarde, porque
todas las cosas
tienen su tiempo justo, como
el trigo y las rosas;
sólo que, a diferencia de la
espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo
de que llegue el amor.
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No, Amor no llega tarde. Tu
corazón y el mío
saben secretamente que no hay
amor tardío.
Amor, a cualquier hora,
cuando toca a una puerta,
la toca desde adentro, porque
ya estaba abierta.
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Y hay un amor valiente y hay
un amor cobarde,
pero, de cualquier modo,
ninguno llega tarde.
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Amor, el niño loco de la loca
sonrisa,
viene con pasos lentos igual
que viene a prisa;
pero nadie está a salvo,
nadie, si el niño loco
lanza al azar su flecha, por
divertirse un poco.
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Así ocurre que un niño
travieso se divierte,
y un hombre, un hombre
triste, queda herido de muerte.
Y más, cuando la flecha se le
encona en la herida,
porque lleva el veneno de una
ilusión prohibida.
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Y el hombre arde en su llama
de pasión, y arde, y arde,
y ni siquiera entonces el
amor llega tarde.
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No, yo no diré nunca qué
noche de verano
me estremeció la fiebre de tu
mano en mi mano.
No diré que esa noche que
sólo a ti te digo,
se me encendió en la sangre
lo que soñé contigo.
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No, no diré esas cosas, y,
todavía menos,
la delicia culpable de
contemplar tus senos.
Y no diré tampoco lo que vi
en tu mirada,
que era como la llave de una
puerta cerrada.
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Nada más. No era el tiempo de
la espiga y la flor,
y ni siquiera entonces llegó
tarde el amor.
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José Ángel Buesa
Reseña biográfica
Poeta cubano nacido en Cienfuegos en 1910 y fallecido en el
exilio, en Santo Domingo cuando tenía 82 años.
Publicó su primer libro de poesías a los 22 años de edad, y
continuó con una producción constante que se difundió ampliamente por todos los
países de habla hispana. Entre sus libros más conocidos, se cuentan «La Fuga de las Horas», «Oasis»,
y «Poeta Enamorado».