Yo di
un eterno adiós a los placeres
cuando
la pena doblegó mi frente,
y me
soñé mujer, indiferente
al
estúpido amor de las mujeres.
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En mi
orgullo insensato yo creía
que
estaba el mundo para mí desierto,
y que
en lugar de corazón tenía
una
insensible lápida de muerto.
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Mas
despertaste tú mis ilusiones
con
embusteras frases de cariño,
y
dejaron su tumba las pasiones,
y te
entregué mi corazón de niño.
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No
extraño que quisieras provocarme,
ni
extraño que lograras encenderme;
porque
fuiste capaz de sospecharme,
pero
no eres capaz de comprenderme.
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¿Me
encendiste en amor con tus encantos,
porque
nací con alma de coplero,
y buscaste
el incienso de mis cantos?
¿Me
crees, por ventura, pebetero?
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No
esperes ya que tu piedad implore,
volviendo
con mi amor a importunarte;
aunque
rendido el corazón te adore,
el
orgullo me ordena abandonarte.
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Yo
seguiré con mi penar impío,
mientras
que gozas envidiable calma;
tú me
dejas la duda y el vacío,
y yo,
en cambio, mujer, te dejo el alma.
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Porque
eterno será mi amor profundo,
que
en ti pienso constante y desgraciado,
como
piensa en la vida el moribundo,
como
piensa en la gloria el condenado.
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Antonio Plaza
Llamas
Reseña biográfica
Nació en San Juan
del Llano, municipio de Apaseo el Grande, estado de Guanajuato, en 1833.
Amante de la
libertad, se formó en estudios religiosos y jurídicos en el Seminario Conciliar
de la ciudad de México.
Fue arduo defensor
de la Constitución
de 1857, difundiendo las nuevas ideas desde los periódicos de la época: “La Luz de los Libres”, “La Idea ”, “El Horóscopo” y “El
Constitucional”, reflejaron sus convicciones, en muchas de sus líneas.
Pero no solamente
peleó desde el papel. Participó del frente de batalla, como Teniente Coronel,
del cual se retiró en 1861, con un pie mutilado por una bala de cañón.
Escribió muchos
poemas, entre los cuales se destacan: “A Inés Nataly”, “A Loreto”, “A Rosa”, “A
una actriz”, “Hojas secas”, “Lejos de ti”, “No te olvido”, “Una lágrima”, “A
Baco” y “Abrojos”.
Fue sencillo,
pobre, soñador y luchador empedernido. Tuvo tres hijos, quienes no heredaron de
su padre nada material.
Su fallecimiento se
produjo el 26 de agosto de 1882, en Ciudad de México. Sus restos descasan en el
panteón del Tepeyac (Villa de Guadalupe).