Por
esa puerta huyó diciendo :«¡nunca!».
Por
esa puerta ha de volver un día …
Al
cerrar esa puerta dejo trunca
la
hebra de oro de la esperanza mía.
Por
esa puerta ha de volver un día.
Cada
vez que el impulso de la brisa,
como
una mano débil indecisa,
levemente
sacude la vidriera,
palpita
más aprisa, más aprisa,
mi
corazón cobarde que la espera.
Desde
mi mesa de trabajo veo
la
puerta con que sueñan mis antojos
y
acecha agazapando mi deseo
en el
trémulo fondo de mis ojos.
¿Por
cuánto tiempo, solitario, esquivo,
he de
aguardar con la mirada incierta
a que
Dios me devuelva compasivo
a la
mujer que huyó por esa puerta?
¿Cuándo
habrán de temblar esos cristales
empujados
por sus manos ducales,
y,
con su beso ha de llegar a ellas,
cual
me llega en las noches invernales
el
ósculo piadoso de una estrella?
¡Oh
Señor!, ya la pálida está alerta;
¡oh
Señor, cae la tarde ya en mi vía
y se
congela mi esperanza yerta!
¡Oh,
Señor, haz que se abra al fin la puerta
y
entre por ella la adorada mía!
¡Por
esa puerta ha de volver un día!
____
Amado Nervo
Reseña biográfica
Poeta mexicano nacido en Tepic, Nayarit en 1870.
En su juventud quiso ser clérigo, pero muy pronto se vio atraído
por los variados estímulos de la vida, los viajes, los amores y la misma
poesía. Su iniciación estética fue marcada por el influjo de Gutiérrez Nájera y
de los grupos que se congregaban alrededor de «La revista azul» y «Revista
moderna», en cuyas páginas se desbordaba todo el ímpetu del modernismo
americano.
Entre el conjunto de su creación, se destacan sus libros
«Serenidad» «Elevación», «Plenitud» y «La amada inmóvil».
Falleció en Montevideo, Uruguay en 1919.