Río
Duero, río Duero,
nadie
a acompañarte baja,
nadie
se detiene a oír
tu
eterna estrofa de agua.
__
Indiferente
o cobarde
la
ciudad vuelve la espalda.
No
quiere ver en tu espejo
su
muralla desdentada.
__
Tú,
viejo Duero, sonríes
entre
tus barbas de plata,
moliendo
con tus romances
las
cosechas mal logradas.
__
Y
entre los santos de piedra
y los
álamos de magia
pasas
llevando en tus ondas
palabras
de amor, palabras.
__
Quién
pudiera como tú,
a la
vez quieto y en marcha
cantar
siempre el mismo verso
pero
con distinta agua.
__
Río
Duero, río Duero,
nadie
a estar contigo baja,
ya
nadie quiere atender
tu
eterna estrofa olvidada
__
sino
los enamorados
que
preguntan por sus almas
y
siembran en tus espumas
palabras
de amor, palabras.
____
Gerardo Diego
Reseña biográfica
Poeta español nacido en Santander en 1896.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto y
posteriormente en las de Salamanca y Madrid, donde se doctoró. Fue catedrático
de Lengua y Literatura en el Instituto de Soria, y sucesivamente enseñó la
misma asignatura en los Institutos de Gijón, Santander y Madrid. Participó con
Juan Larrea y Vicente Huidobro en el movimiento creacionista.
Obtuvo el Premio Cervantes de Literatura y fue miembro de la Real Academia de la Lengua hasta su muerte en
1987.
Su obra se inició en 1920 con «El romancero de la Novia », y continuó con numerosas
publicaciones entre las que se destacan,
«Manual de Espumas» 1924, «Poemas Adrede» 1932, «Ángeles de Compostela»
1940, «Amor solo» 1958, «Nocturnos de Chopin» 1962, «La Fundación del Querer»
1970 y «Carmen Jubilar» 1973.