Yo me
he quedado con la voz
de
esa mujer -la voz apenas-
como
se quedan los marinos
oyendo
el mar desde la tierra.
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Y sin
embargo yo algún día
pude
ceñir la fácil hembra
y así
ganar en dulce viaje
la
costa azul de sus ojeras.
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Y
beber pude entre sus manos
el
agua amarga de las penas,
por
sólo hundir entre sus senos
mi
ansia de onda y de sirena.
__
Yo
amé mujeres como islas
entre
amplios lechos de marea
donde
las olas de los linos
alzaba
el gozo de la entrega.
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Y vi
penínsulas de brazos;
playa
al amor del beso abierta
para
llevar el labio lento
hasta
una rada de sorpresa.
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Y
hallé las cóncavas marismas,
-que
son lo mismo alga y guedeja-
y
hacia ellas iba la pasión
como
hacia el norte va la vela.
__
Pero
la voz de esa mujer
era
la única sirena
para
el oído turbulento
en
las sensuales odiseas.
__
Y me
he quedado con la voz
de
esa mujer -la voz apenas-
como
se quedan los marinos
oyendo
el mar desde la arena.
__
Cuán
tristes son los marineros
que
ansiaron muerte en la tormenta,
y
junto al mar, un cualquier día,
la
muerte encuentran en la tierra.
____
Alberto
Ángel Montoya
Reseña biográfica
Poeta colombiano,
nacido en Bogotá en 1902.
Cultor de un tono
romántico trabajado en sonetos magistrales.
Enamorado de la bohemia, del amor, y de la mujer en niveles de suma
elegancia, el poeta mereció el calificativo de maestro del soneto galante.
Y eso fue, con toda
justeza y exactitud. Su vida estuvo dedicada a la poesía de modo exclusivo. Sus
diversos libros, entre los cuales se destacan "La vigilia del
vino" y "El alba inútil",
fueron reunidos en un sólo volumen con el título de "Lección de
poesía".
Falleció en 1970.