Perdí
mi corazón -¿lo habéis hallado,
ninfas
del valle en que penando vivo?-
Ayer
andando solo y pensativo,
suspirando
mi amor por este prado.
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Él
huyó de mi pecho desolado
como
el rayo veloz, y tan esquivo
que
yo grité: “Detente, ¡oh fugitivo!”
Y ya
no lo vi más por ningún lado.
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Si no
lo conocéis, como en un ara
arde
en él una hoguera, y cruda herida
por
víctima de Silvia lo declara.
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Dadlo,
por vuestro bien, que esa homicida
lo
hizo tan infeliz que donde para
mi
corazón, ya no hay placer ni vida.
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Juan
Bautista Arraiza
Reseña biográfica
Natural de Madrid
(1770 – 1837). Asistió al Real Seminario de Nobles y su carrera discurrió entre
la marina y la diplomacia. Estuvo como delegado en Londres durante cierto
tiempo. Pero la mayor parte de su vida activa la pasó en Madrid, cerca de la
corte. Fue un defensor vigoroso del rey Fernando VII y ferviente
anticonstitucional.
En vista de la
fidelidad al rey, éste le nombró “poeta oficial” de la corte. Mucha de su
poesía fue escrita precisamente de acuerdo a las circunstancias del ambiente en
que vivió: canciones para bautizos, bodas, defunciones y celebraciones
cortesanas.