¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Hay sólo un trino entre tu amor y mi alma.
Mis ojos navegan
el mismo azul sin fin donde tú danzas.
Tu arco iris de sueños en mí tiene
siempre pradera abierta entre montañas.
Una vez se perdieron mis sollozos,
y los hallé, abrigados, en tus lágrimas.
__
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Un ruiseñor nos tiene en su garganta.
Los ríos que me traje de mis riscos,
desembocan tan sólo por tus playas.
Hay confusión de vuelos en el aire...
¡El viento que nos lleva en sus sandalias!
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Mientras menos que pienses, más me amas.
____
Julia de Burgos
Hay sólo un trino entre tu amor y mi alma.
Mis ojos navegan
el mismo azul sin fin donde tú danzas.
Tu arco iris de sueños en mí tiene
siempre pradera abierta entre montañas.
Una vez se perdieron mis sollozos,
y los hallé, abrigados, en tus lágrimas.
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¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Un ruiseñor nos tiene en su garganta.
Los ríos que me traje de mis riscos,
desembocan tan sólo por tus playas.
Hay confusión de vuelos en el aire...
¡El viento que nos lleva en sus sandalias!
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Mientras menos que pienses, más me amas.
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Julia de Burgos
Reseña biográfica
Julia Constancia Burgos García, nació en Carolina, Puerto Rico, en 1914.
Se inició en la poesía desde muy temprana edad mientras ejercía como maestra y luego como periodista. En sus primeras publicaciones se refleja la influencia de otros poetas como Alfonsina Storni, Clara Lair y Luis Lloréns Torres. A esta etapa pertenece su obra «Veinte surcos».
Posteriormente vuelca toda su sensibilidad artística en un canto sensual al amor y a la naturaleza, mostrando ciertos rasgos semejantes a Vicente Huidobro y Rafael Alberti. De esta etapa se destacan «Canción de la verdad sencilla» y «El mar y tú».
Está considerada como una de las grandes poetas de su patria.
Vivió sus últimos años auto-desterrada en Cuba y Nueva York, donde falleció en 1953.
Julia Constancia Burgos García, nació en Carolina, Puerto Rico, en 1914.
Se inició en la poesía desde muy temprana edad mientras ejercía como maestra y luego como periodista. En sus primeras publicaciones se refleja la influencia de otros poetas como Alfonsina Storni, Clara Lair y Luis Lloréns Torres. A esta etapa pertenece su obra «Veinte surcos».
Posteriormente vuelca toda su sensibilidad artística en un canto sensual al amor y a la naturaleza, mostrando ciertos rasgos semejantes a Vicente Huidobro y Rafael Alberti. De esta etapa se destacan «Canción de la verdad sencilla» y «El mar y tú».
Está considerada como una de las grandes poetas de su patria.
Vivió sus últimos años auto-desterrada en Cuba y Nueva York, donde falleció en 1953.