Lo
sentí; no fue una
separación,
sino un desgarramiento;
quedó
atónita el alma, y sin ninguna
luz,
se durmió en la sombra el pensamiento.
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Así
fue; como un gran golpe de viento
en la
serenidad del aire. Ufano,
en la
noche tremenda,
llevaba
yo en la mano
una
antorcha con qué alumbrar la senda,
y que
de pronto se apagó; la oscura
asechanza
del mal y del destino
extinguió
así la llama y mi locura.
__
Vi un
árbol a la orilla del camino,
y me
senté a llorar mi desventura.
Así
fue, caminante
que
me contemplas con mirada absorta
y
curioso semblante.
__
Yo
estoy cansado, sigue tú adelante;
mi
pena es muy vulgar y no te importa.
Amé,
sufrí, gocé, sentí el divino
soplo
de la ilusión y la locura;
tuve
la antorcha, la apagó el destino,
y me
senté a llorar mi desventura
a la
sombra de un árbol del camino.
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Luis
Gonzaga Urbina
Reseña biográfica
Poeta mexicano
nacido en el Distrito Federal en 1868.
Desde muy joven se
dedicó a las letras y a la poesía trabajando en varios medios periodísticos de
su país y del extranjero. Dictó cátedras de Literatura e Historia en varias
universidades de América, y finalmente viajó a España, país en el que residió
hasta su muerte, en 1934.
Su obra se
caracteriza por una gran calidez en la expresión de los sentimientos de amor y
desengaño.