Aquel
temblor del muslo
y el
diminuto encaje
rozado
por la yema de los dedos,
son
el mejor recuerdo de unos días
conocidos
sin prisa, sin hacerse notar,
igual
que amigos tímidos.
__
Fue
la tarde anterior a la tormenta,
con
truenos en el cielo.
Tú
apareciste en el jardín, secreta,
vestida
de otro tiempo,
con
una extravagante manera de quererme,
jugando
a ser el viento de un armario,
la
luz en seda negra
y
medias de cristal,
tan
abrazadas
a tus
muslos con fuerza,
con
esa oscura fuerza que tuvieron
sus
dueños en la vida.
__
Bajo
el color confuso de las flores salvajes,
inesperadamente
me ofrecías
tu
memoria de labios entreabiertos,
unas
ropas difíciles, y el rayo
apenas
vislumbrado de la carne,
como
fuego lunático,
como
llama de almendro donde puse
la
mano sin dudarlo.
Por
el jardín, el ruido de los últimos pájaros,
de
las primeras gotas en los árboles.
__
Aquel
temblor del muslo
y el
diminuto encaje, de vello traspasado,
su
resistencia elástica
vencida
con el paso de los años,
vuelven
a ser verdad, oleaje en el tacto,
arena
humedecida entre las manos,
cuando
otra vez, aquí, de pensamiento,
me
abandono en la dura solución de tus ingles
y
dejo de escribir
para
llamarte.
____
Luis
García Montero
Reseña biográfica
Poeta y ensayista
español nacido en Granada en 1958. Es catedrático de Literatura Española y uno
de los poetas más destacados del panorama literario actual, con títulos entre
los que destacan El jardín extranjero (Premio Adonais, 1983), Diario cómplice
(1987), Las flores del frío, Habitaciones separadas (Premio Loewe y Premio
Nacional de Literatura, 1994), Completamente viernes (1998), La intimidad de la
serpiente (2001, Premio Nacional de la Crítica 2003) y Vista cansada (2008). Como
ensayista ha escrito varios libros y artículos sobre la poesía europea
contemporánea: La otra sentimentalidad (con J. Egea y A. Salvador, 1983),
Poesía, cuartel de invierno (1988 y 2002), El realismo singular (1993),
Confesiones poéticas (1993), El sexto día (2000), Gigante y extraño. Las
«Rimas» de Gustavo Adolfo Bécquer (2001), Los dueños del vacío (2004) e
Inquietudes bárbaras (2008). Aparte de varias ediciones críticas de obras de
Federico García Lorca, Rafael Alberti y Carlos Barral, ha adaptado para la
escena algunos clásicos, como Otelo, La Dorotea o La Celestina.