martes, 13 de septiembre de 2011

Madre España



Abrazado a tu cuerpo como el tronco a su tierra,
con todas las raíces y todos los corajes,
¿quién me separará, me arrancará de ti,
madre?

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Abrazado a tu vientre, ¿quién me lo quitará,
si su fondo titánico da principio a mi carne?
Abrazado a tu vientre, que es mi perpetua casa,
¡nadie!

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Madre: abismo de siempre, tierra de siempre: entrañas
donde desembocando se unen todas las sangres;
donde todos los huecos caídos se levantan:
madre.

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Decir madre es decir tierra que me ha parido;
es decir a los muertos: hermanos, levantarse;
es sentir en la boca y escuchar bajo el suelo
sangre.

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La otra madre es un puente, nada más, de tus ríos.
El otro pecho es una burbuja de tus mares.
Tú eres la madre entera con todo su infinito,
madre.

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Tierra: tierra en la boca, y en el alma, y en todo.
Tierra que voy comiendo, que al fin ha de tragarme.
Con más fuerza que antes, volverás a parirme,
madre.

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Cuando sobre tu cuerpo sea una leve huella,
volverás a parirme con más fuerza que antes.
Cuando un hijo es un hijo, vive y muere gritando:
¡madre!

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Hermanos: defendamos su vientre acometido,
hacia donde los grajos crecen de todas partes,
pues, para que las malas alas vuelen, aún quedan
aires.

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Echad a las orillas de vuestro corazón
el sentimiento en límites, los afectos parciales.
Son pequeñas historias al lado de ella, siempre
grande.

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Una fotografía y un pedazo de tierra,
una carta y un monte son a veces iguales.
Hoy eres tú la hierba que crece sobre todo,
madre.

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Familia de esta tierra que nos funde en la luz,
los más oscuros muertos pugnan por levantarse,
fundirse con nosotros y salvar la primera
madre.

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España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos
de dolor y de piedra profunda para darme:
no me separarán de tus altas entrañas,
madre.

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Además de morir por ti, pido una cosa:
que la mujer y el hijo que tengo, cuando pasen,
vayan hasta el rincón que habite de tu vientre,
madre.

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Miguel Hernández



Reseña biográfica

Poeta español nacido en Orihuela, Alicante, en 1910.
Hijo de campesinos, desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por su amigo Ramón Sijé, se inició en la poesía desde los veinte años; publicó su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente, los sonetos agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del poeta.
Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura, siendo encarcelado y condenado a muerte al terminar el conflicto. Antes de morir, enfermo y detenido, publica su última obra, «Cancionero y romancero de ausencias».
Falleció en 1942.