Dijiste la palabra que
enamora
a mis oídos. Ya olvidaste.
Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar
sereno
y hermoso el rostro tuyo a
toda hora.
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Cuando encanta la boca
seductora
debe ser fresca, su decir ameno;
para tu oficio de amador no
es bueno
el rostro ardido del que
mucho llora.
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Te reclaman destinos más
gloriosos
que el de llevar, entre los
negros pozos
de las ojeras, la mirada en
duelo.
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¡Cubre de bellas víctimas el
suelo!
Más daño al mundo hizo la
espada fatua
de algún bárbaro rey y tiene
estatua.
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Alfonsina Storni
Reseña biográfica
Nació en Capriasca, Suiza, en 1892, pero desde los cuatro años
fue llevada a Argentina, país que la acogió con su nacionalidad.
Desde muy niña empezó a trabajar como maestra, haciendo sus
primeros pinos como poetisa bajo el pseudónimo de TaoLao.
Obtuvo importantes premios literarios que la hicieron conocer
ampliamente en todos los países latinoamericanos, destacándose entre sus obras,
«Languidez», «El dulce daño» y «La inquietud del rosal».
Se quitó la vida en 1938.