Te quiero...
Y me mueves el tiempo de mi
vida sin horas.
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Te quiero
en los arroyos pálidos que
viajan en la noche,
y no termina nunca de
conducir estrellas a la mar.
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Te quiero
en aquella mañana desprendida
del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta
el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz
y mi canción.
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Te quiero
en el dolor sin llanto que
tanta noche ha recogido el sueño
en el cielo invertido en mis
pupilas para mirarte cósmica,
en la voz socavada de mi
ruido de siglos derrumbándose.
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Te quiero
(grito de noche blanca...)
en el insomnio reflexivo
de donde ha vuelto en pájaros
mi espíritu.
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Te quiero...
Mi amor se escapa leve de
expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras y
alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde
soy yerba y trino.
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Julia de Burgos
Reseña biográfica
Julia Constancia Burgos García, nació en Carolina, Puerto Rico,
en 1914.
Se inició en la poesía desde muy temprana edad mientras ejercía
como maestra y luego como periodista. En sus primeras publicaciones se refleja
la influencia de otros poetas como Alfonsina Storni, Clara Lair y Luis Lloréns
Torres. A esta etapa pertenece su obra «Veinte surcos».
Posteriormente vuelca toda su sensibilidad artística en un canto
sensual al amor y a la naturaleza, mostrando ciertos rasgos semejantes a
Vicente Huidobro y Rafael Alberti. De esta etapa se destacan «Canción de la
verdad sencilla» y «El mar y tú».
Está considerada como una de las grandes poetas de su patria.
Vivió sus últimos años auto-desterrada en
Cuba y Nueva York, donde falleció en 1953.