lunes, 9 de julio de 2012

Aquel beso



Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo, el beso
de la repulsión nos unió un instante.

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Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante,
ya no te amaba, y me turbé, no obstante,
como una virgen en un bosque espeso.

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Y ya perdida para siempre, al verte
anochecer en el eterno luto,
mudo el amor, el corazón inerte,

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huraño, atroz, inexorable, hirsuto,
jamás viví como en aquella muerte,
¡nunca te amé como en aquel minuto!

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Julio Herrera y Reissig



Reseña biográfica

Poeta uruguayo nacido en 1875.
Proveniente de una familia ilustre venida a menos, padeció desde niño una afección cardíaca que lo llevó a una inadaptación a su entorno, circunstancias que explican en parte su temperamento neurótico.
Su poesía evolucionó del simple romanticismo al simbolismo y la escuela parnasiana, convirtiéndolo en uno de los seguidores del modernismo en Sur América junto a Leopoldo Lugones, Díaz Mirón y Jaimes Freyre, entre otros.
Dueño de un rico lenguaje, en ocasiones barroco, empleó con frecuencia los temas oníricos, surrealistas y  mágicos. Su madurez poética se conoció en buena parte después de su muerte ocurrida tempranamente en 1910.
 De su obra merecen destacarse: «Wagnerianas» en 1900, «Las pascuas del tiempo» en 1900, «Los maitines de la noche» en 1902, «Sonetos vascos» en 1906, «Los parques abandonados en 1908, «Clepsidras» en 1910 y «Los éxtasis de la montaña» publicados en 1913.