lunes, 1 de noviembre de 2010

Rima IV


No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

__

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

__

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

__

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

__

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

____

Gustavo Adolfo Bécquer

Reseña biográfica

Poeta español nacido en Sevilla en 1836 y fallecido en Madrid en 1870.
Es uno de los grandes poetas románticos del siglo XIX. Sus rimas suponen el punto de partida de la poesía moderna española. Se inició en el arte pintando al lado de su padre y hermano, pero la abandonó en 1854 cuando se dedicó por completo a la literatura.
Autor también de «Historia de los templos de España» y «Cartas literarias a una mujer».